Encuentro mágico con elefantes en Phuket
Estuve en Phuket, Tailandia, compartiendo un momento inolvidable con elefantes. Los bañé, los toqué, estuve tan cerca que todavía me cuesta creerlo. En mi vida imaginé poder estar así, cara a cara con un elefante.

Y lo más sorprendente fue que no sentí miedo. Cuando uno de ellos se me acercó, me miró con una ternura tan profunda que parecía un animal doméstico. Fue una mirada que me atravesó, como si nos entendiéramos sin palabras.

Ese instante fue mágico para mí. Un recuerdo que me llevo para siempre.

Cuando terminé bañando elefantes en Phuket (y no me dio ni un poquito de miedo)

Yo no sé en qué momento de mi vida terminé metida en medio de la selva tailandesa, con una manguera en la mano y un elefante del tamaño de un colectivo al lado mío. Pero ahí estaba, en Phuket, bañando elefantes como si fuera algo que hago todos los martes.

Lo más loco es que no sentí miedo. Nada. Cero. Y eso que el elefante se me vino encima (literal), me miró con esos ojos enormes y tiernos, y por un segundo pensé: “¿Y si este muchacho decide sentarse arriba mío?”. Pero no, fue todo tan suave, tan lindo… parecía un perrito gigante (ok, un perrito de tres toneladas, pero con buena onda).

Me dejó tocarlo, lo enjaboné, lo acaricié, ¡hasta me salpicó con la trompa! Fue como una ducha gratis con spa incluido. En serio, fue uno de esos momentos que no se planifican, pero que te cambian el día… o la vida.

Así que sí, terminé bañando elefantes en Tailandia. Y ahora, cada vez que me quejo de lavar los platos, me acuerdo que ya lavé un elefante. Nada puede superarlo.

Y cuando pensaba que nada podía superar eso, me di cuenta de algo más fuerte todavía: ese elefante, con solo una mirada, me dejó una marca en el corazón. Gracias por dejarme conocerte, grandote.


Este es el tour que hice con los elefantes, en un lugar que cuida de verdad a estos animales:
Ver tour en santuario ético con elefantes

Fue uno de los días más emocionales de todo mi viaje por Tailandia. Sentí una conexión profunda, ternura, respeto y una paz muy difícil de explicar.
Si buscás una experiencia auténtica con elefantes sin maltrato y en libertad, este lugar es para vos.

Y por si te lo estás preguntando: esa noche me alojé en Baan Oui Guest House, en Nai Harn.
Es un lugar tranquilo, atendido por su dueño, con una calidez que te hace sentir en casa. Súper recomendable si querés descansar después de un día tan emotivo.

Equipaje inteligente para mujeres que se animan a recorrer Asia.

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