Bueno… otro día más en Bali, y otro lugar que me voló la cabeza.
Esta vez me fui a conocer el Pura Besakih y las Puertas del Cielo —que en realidad son parte del templo Lempuyang .Si piensas hacer este paseo, re que te recomiendo el tour que hice yo, porque los chicos fueron lo más.
, pero todo el mundo las conoce así por la famosa foto con el “reflejo”. Ya te voy a contar lo que pasa con esa foto, porque tiene su parte divertida.
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Primero fuimos al Pura Besakih, que le dicen el “Templo Madre” de Bali. Está en las faldas del volcán Agung, que es sagrado para los balineses. Y todo tiene como una energía muy fuerte, pero tranquila al mismo tiempo.

Es el complejo religioso más grande e importante de la isla. Tiene como 20 templos repartidos en terrazas, todo con vistas al volcán, lleno de ofrendas, flores, y gente vestida con sus ropas tradicionales.
Y algo que me encantó fue que no es solo para turistas. Vas y ves a las familias balinesas, todos juntos, rezando, en silencio. A veces no sabés bien qué mirar porque todo te llama la atención.
Yo me quedé un rato ahí, como en pausa.
Hay algo que te toca… no sé, algo adentro.
Lo que no puede faltar en tu mochila si viajás por Asia.
Aca la mi amiga chilena exigiendo la foto , que porsupuesto salio mal .
Después seguimos el recorrido hasta Lempuyang, donde están las famosas Puertas del Cielo.
Y bueno, ahí ya arranca otra historia. Porque lo que yo no sabía es que esa foto donde se ve el reflejo tipo espejo con el volcán detrás… es mentira.
NO HAY LAGO.
Ni charco, ni agua, nada.
Llegamos, y había un chico que se encarga de sacarte la foto. Yo ya toda emocionada, me paro delante de las puertas, me acomodo el pareo, el pelo… y el pibe me empieza a gritar:
“¡Yam! ¡Yam! ¡Yam!”
Y yo tipo: ¿Qué es yam? ¿Un saludo sagrado? ¿Un dios hindú? ¿Me está diciendo algo profundo?
Y no.
El chico me estaba diciendo que saltara.
¡SALTÁ!
Era eso.
Y yo ahí, en el templo sagrado, con cara de ceremonia, saltando como una rana mística para la foto.
Y mientras tanto él con un espejito abajo del celular, haciéndome el reflejo ese que todos suben a Instagram.
Una mezcla de espiritualidad y producción de circo.
Yo me reía sola.
Pero te juro que la experiencia fue hermosa. Porque más allá del show de la foto, el lugar es alucinante. Está en lo alto de la montaña, rodeado de niebla, todo blanco, con un silencio que parece que te habla.
El templo de Lempuyang es uno de los más antiguos y sagrados de Bali. Es parte de una serie de templos en la ladera del monte, y representa la dirección del este, asociada con el sol naciente y la purificación espiritual.
Y entre toda esa historia milenaria, estaba yo, con mi pareo naranja, revoleando las piernas por el aire mientras el chico me gritaba “¡yam, yam, yam!”.

Una postal perfecta de lo que es viajar sola por Bali: te encontrás con vos misma, con la historia del lugar, y también con un montón de situaciones que no te esperás.
Y por eso me encanta. Porque hay días que te transforman y otros que simplemente te hacen reír fuerte.
Un viaje hermoso, vivido al máximo, de esos que te llenan los ojos y el alma.
Te dejo los tips y el tour que tomé para visitar el Templo de Besakih, y también el lugar donde me quedé esa noche:Villa White Jasmine Ubud, un espacio hermoso que le sumó calma y magia a todo lo vivido.
Porque a veces, el lugar donde dormís también marca la diferencia en la experiencia.