Hoy nos tomamos un tuk-tuk que parecía más una licuadora con ruedas que un medio de transporte, rumbo al Fuerte Rojo de Delhi, ese monumento gigante y rojizo que parece salido de una película de Bollywood pero versión histórica.

aca te dejo mi tour , te lo super recomiendo

Éramos tres: yo, Guillemette, mi amiga francesa con espíritu mochilero, y Geshchica, una india divina que conocimos en el hostel y que en cinco minutos ya nos estaba llevando a comer y enseñándonos cómo se vive de verdad.


Parada técnica: comida y lecciones que no están en los libros

Antes de entrar al fuerte, paramos a almorzar. Pedimos Dal Makhani, una delicia cremosa hecha a base de lentejas negras y manteca, que se sirve bien calentita. Venía con unos cubos de queso (paneer) y vegetales al tandoor. Yo estaba feliz hasta que Geschica nos suelta:

“Acá se come con la mano, chicas. Y solo con la derecha.
La izquierda… se usa para limpiarse el culo.”

Lo que no puede faltar en tu mochila si viajás sola por Asia.

¡Comer en la India! Un Arte, una Aventura… y una Mano Muy Importante

Si pensabas que comer con las manos era solo cosa de niños, prepárate para descubrir el secreto mejor guardado de la India. Aquí, comer con las manos no es solo una costumbre, ¡es toda una filosofía de vida! Y sí, con la mano derecha. Si alguna vez te atreves a viajar por este país lleno de colores, olores y sabores intensos, no te sorprendas si ves a todo el mundo comiendo de la misma manera, sin cuchillos ni tenedores. Aquí, la cuchara… ¡es opcional!

¿Por qué la mano derecha y no la izquierda?

La India tiene una regla de orola mano derecha es para comer, la izquierda… no tanto. Y si pensabas que la izquierda no tiene importancia, ¡piénsalo de nuevo! Mientras que la mano derecha se utiliza para toda la acción culinaria (¡sí, también para tomar el pan, mojarlo en curry y hacer magia con el arroz!), la izquierda tiene un rol bastante menos glamoroso. En la India, la mano izquierda es la encargada de… bueno, limpiarse después del baño, y como puedes imaginar, no es algo que quieras involucrar en la comida. Así que, si en algún momento te pasa por la cabeza usar la mano izquierda para agarrar un trozo de pan… ¡piénsalo dos veces!

La danza de los dedos

Comer con las manos es todo un arte, y si estás en la India, tendrás que aprender la coreografía de los dedos. Nada de meter la mano en el plato como si estuvieras recogiendo piedras en la playa. Aquí, los dedos deben moverse con la gracia de un bailarín de Bollywood. La técnica es simple pero precisa: dedo índice, medio y pulgar se convierten en tus mejores amigos, mientras que el anular y el meñique se quedan apartados, como si estuvieran en una especie de “receso” de la función. La idea es agarrar un trozo de comida con suavidad, pero con la seguridad de que la mezcla de arroz, curry, y pan está perfectamente equilibrada.

¿Y qué pasa con el arroz? Ah, el arroz en la India es casi sagrado. Se mezcla con las manos de una manera tan meticulosa, que parece que cada grano tiene su propio lugar en el plato. Es como si el arroz no solo fuera comida, sino una especie de puzzle de sabores, y tú eres el encargado de encontrar la pieza perfecta.

Comer es una fiesta (y compartir también)

Aquí no te sirven tu plato individual, ¡no! En la India, se come en comunidad. Los platos son grandes, generosos y, por lo general, ¡todos comparten! Si tienes suerte, y estás en una casa india, te verás rodeado de amigos, familia o extraños que de alguna forma se convierten en amigos, todos tomando del mismo plato, uniendo fuerzas para terminar ese increíble biryani o ese delicioso curry. ¡La comida es el vínculo! Y no, no hay forma de hacer esto sin mezclar las manos. ¡Así es como se hace una fiesta!

Y por último… el toque de magia: el lassi

Después de un buen festín, llega el momento del lassi. Este batido de yogur, ya sea dulce o salado, es como un abrazo para el estómago. En la India, el lassi es el cierre perfecto después de una comida copiosa y picante. Lo tomas, te relajas y, si eres lo suficientemente valiente, ¡puedes pedirlo en su versión más fuerte!


El lugar: Red Fort, el gigante rojo que te deja chiquito

Después de eso, seguimos en el tuk-tuk y al llegar vimos el imponente Fuerte Rojo o Lal Qila, construido en 1648 por el emperador mogol Shah Jahan (sí, el del Taj Mahal, el hombre estaba inspirado).

Esta bestialidad de edificio fue la residencia oficial de los emperadores mogoles durante 200 años y es Patrimonio de la Humanidad. Está todo hecho de arenisca roja, de ahí su nombre, y por dentro tiene palacios, salones, jardines y murallas altísimas que te hacen sentir miniatura.


Una postal viva

Antes de entrar, vimos a una mujer vestida en un naranja furioso, con su bebé dormido en brazos. Me pareció tan potente su presencia que le pedí una foto. Estaba sentada como si nada, pero para mí era una obra de arte humana. Los colores, el contexto, la serenidad. India tiene eso: de repente, sin buscarlo, te regala belleza pura.



Y en el próximo capítulo…

Ahora sí, nos vamos a meter al Fuerte Rojo. Te prometo contarte qué me encontré adentro, cómo huele, qué se siente caminar por esos patios infinitos y si logré no perderme.


Si estás por venir a Delhi, te paso un dato que hizo toda la diferencia:

Y el tour al Fuerte Rojo de Delhi fue una de esas experiencias que no se olvidan. Historia, impacto visual y momentos que se te graban.

Te dejo los datos por si querés lugares de Nueva Delhi: céntricos, buscados desde donde salen los tours ,yo me aloje Me alojé en el Hotel Kabir Palace, un lugar cálido, cómodo y con una energía hermosa para descansar después del caos delicioso de la ciudad.

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